Yo creo que ése es el calificativo que debe recibir el ya bautizado como 'Barça de las seis copas'. Es “el insuperable”. No, no es ninguna marca de brandy. Ningún equipo en el mundo ha podido igualar en un solo año semejante hazaña. Los periodistas proclives al Real Madrid no tienen más remedio que reconocer en sus portadas al rival azulgrana como “el mejor equipo de la historia”. Ganar el Mundial de Clubes es la constatación “legal” de que ahora no hay equipo sobre el planeta como el Barça.
El triunfo del Barcelona en el Mundial de Clubes no es el triunfo de Messi porque logró el gol de la victoria. Tampoco estamos hablando de un 'star system', que sería el modelo del Madrid de Florentino. El triunfo del Barcelona es el de unos valores que comprenden el compañerismo, el trabajo en equipo y el papel imprescindible de los chavales de cantera. El fútbol de base, junto con la aportación pedagógica imprescindible de la masía, hace que los chavales crezcan sabiendo donde están y cuál es la responsabilidad que tienen.
El Barcelona no es sólo Catalunya, pese a la discutible actitud de su presidente en determinados actos o declaraciones públicas. El Barcelona es el mundo entero. Messi es de la cantera y es argentino. Jeffren, que ayer hizo un papel que no será lo suficientemente bien valorado, es de la cantera y es venezolano. Iniesta, que ni pudo ganar el Mundial de Clubes con sus compañeros, es de la cantera y es albaceteño. Y así un largo etcétera de jugadores de un equipo que mantiene un criterio futbolístico y unos valores, que mantiene sus ideas pese al fútbol marrullero de Estudiantes... y que espero que mantenga y cuíde a una de las piezas fundamentales de este precioso proyecto: Pep Guardiola.
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