¿Qué es la vergüenza? Hay varias definiciones en el diccionario de la Real Academia Española. Pero vamos a ver estas dos, que son las que más se acercan a lo que entendemos por vergüenza. Primera definición: "Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena". Segundo aspecto: "Pundonor, estimación de la propia honra".
Pues bien, me gustaría saber cuál de estas dos definiciones cuadra con el triste espectáculo que dio ayer casi todo el Barcelona. En cuanto a la primera, dudo que algunos de los jugadores 'blaugrana' tengan "turbación de ánimo". En cuanto a la segunda, la cosa está más complicada. "Estimación de la propia honra". Simplemente por orgullo personal, muchos jugadores hubieran tenido otra actitud. No por amor al Barça, sino por puro egoísmo. Simplemente, por colocarse en el mercado para la temporada que viene. Bueno, pues ni eso. Lo de ayer fue el claro ejemplo de que el futbolista es egoísta por naturaleza, de que no piensa en aquel padre que se gasta un dineral en un abono, una camiseta para el niño y en viajes para ver a su equipo, que no tiene lo que casi todos entendemos por vergüenza.
5 comentarios:
Anoche volví a tener siete años. Volví a jugar “al cabreo” e incluso “al rey del patio” con los chicos del recreo que tornaban en víctimas del escarnio por su condición de culés. Y sorprende lo rápidamente que encuentras amiguitos de tu edad, e incluso “más pequeños”, y con qué facilidad puedes hacer que su amor propio caiga herido de muerte con un simple ataque de mofa, como si los aciertos o errores de otros, a los que veneran y casi idolatran, realmente les fueran imputables siquiera con la más liviana relación de causalidad o responsabilidad solidaria, haciendo que sus entrañas se corroan en la misma impotencia que te hacía querer golpear el bajo vientre de los niños mayores que te amedrentaban en el colegio.
Pero, cosas de la vida, ahora crezco más rápido, y en apenas unos minutos vuelvo a peinar canas (con permiso de la acuciante alopecia), y me asalta la realidad, como casi todos los días. Esta vez quiero reflexionar en voz alta, y he recordado que uno de mis “compis del recreo de ayer” me puede brindar la ocasión de traer mi pluma a este espacio de opinión virtual, y alejarla de los foros judiciales, a los que estoy más habituado, en los que es más importante callar lo que piensas y decir lo que no piensas.
Pero hoy no. Hoy me preocupa más decir lo que pienso. Me preocupa que los tenderos del espectáculo del “deporte nacional” hayan conseguido que el comprador se identifique con el producto y se erija en su paladín más acérrimo hasta el punto de asediar y conquistar la escala de valores de una gran mayoría de “aficionados” que pierden el sueño uno o dos días a la semana por cuestiones tan baladíes y que duermen a pierna suelta ajenos tanto a las desgracias de la antigua Birmania como a las de sus propios vecinos.
Me preocupa ver cómo los domingos (y sábados y miércoles) hay tantos niños de siete años que no vuelven a ser hombres en toda la semana. Está bien tener siete años de vez en cuando, pero no así. Así no. Y que conste que yo anoche también volví a tener siete años.
Me parece perfecto que los niños se lleven las desilusiones y lloren viendo a sus idolos. Asi se pueden ir enterando de que va la vida. Enfermedades, asesinatos, hambre, muerte etc etc etc . Se van preparando para lo que nos espera a todos.
No cabe duda que ser futbolista es el mejor trabajo del mundo. Y sí además tienes a jefes como Txiki o Laporta que te bailan el agua hagas lo que hagas y digas lo que digas, ya es la bomba.
Salut!
Muchas veces parece que a los futbolistas les da igual ganar que perder. Siempre y cuando no haya prima de por medio. Y en ocasiones, ni por esas. Lo de sentir los colores y esas cosas les trae al pairo. Seguro.
Me encanta e blog.
Intercambio de links?
Pasate por mi blog y conesta porfavor.
Saludos
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