LA AGRESIÓN DE UNA HIJA A SU MADRE

No diré ni cómo se llama, ni dónde vive, pero sí diré que es una madre maltratada por su hija. Durante un cuarto de siglo. Cuando su hija tenía 19 años se le detectó una enfermedad mental. Los médicos escriben en los diagnósticos "trastorno de personalidad". La hija ahora tiene 45 años. Y la Guardia Civil la ha detenido.

Ahora la madre está sola en casa e incluso esta mañana he podido hablar con ella, pero no quiere que su testimonio aparezca en televisión. Tiene 69 años, y apenas puede andar. Los malos tratos han sido constantes. Palizas, amenazas de muerte, intentos de hacer explotar el gas de la casa... La propia madre me ha contado que su hija no sigue la medicación que le recetan.

El problema de fondo es que no tiene centros especializados donde llevarla. La señora teme incluso por su propia vida. Todo, a pesar de que se ha saltado las órdenes de alejamiento que le habían impuesto para que permaneciera separada de la hija que la ha maltratado durante 26 años.

Incluso los vecinos han sacado de más de un apuro a la madre y hasta han recogido firmas para que la hija quede ingresada en un centro. Una vecina me dice que la hija es un obsesa sexual y hasta un político local me lo confirma. Incluso llegó a recibir a un señor que estaba haciendo el típico puerta a puerta de campaña electoral vestida con un camisón transparente. Le invitó que entrara en casa y el político, con buen criterio, declinó el ofrecimiento. Al menos, eso es lo que me dice, claro.

Y un dato definitivo: la agredida es la persona que más ha llamado al 061 en toda Andalucía. Verídico. En su pueblo, en Guarromán, sólo hemos podido grabar a dos vecinos. Los más próximos no se atreven a hablar con una cámara delante. Tienen miedo a una reacción de la hija. Dicho de otro modo, la hija tiene al pueblo entero cagado de miedo. Pero aquí no acaba el tema. Sólo en el pequeño pueblo de Guarromán hay dos casos más de características similares. Es decir, un enfermo mental en la casa con el que no saben qué hacer. Y en la pequeña aldea de La Mesa, a muy pocos kilómetros, también pasa lo mismo. Otro caso más.

Por cierto, me hago eco de la información que sacó esta mañana María José Álvarez, en el diario Ideal, en su edición de Jaén: "En la mayoría de los casos el perfil del maltratado es el de una mujer viuda, mayor de 75 años, que sufre alguna enfermedad crónica y que vive con alguna persona que depende de ella. Generalmente son hijos con problemas de drogas o psiquiátricos los que ejercen el maltrato. Las denuncias de estos mayores no siempre se ajustan a la realidad, según explican los fiscales. Habitualmente los maltratados piden ayuda a las Fuerzas de Seguridad por un hecho puntual, cuando creen que a su hijo «se le ha ido de las manos» y llegan a temer por su propia vida. Sin embargo, en la mayoría de los casos tras estas palizas puntales se esconde una realidad más estremecedora. En ocasiones se detecta que el problema es mucho mayor de lo que los padres denuncian y que no se ha limitado a un episodio aislado. Es habitual también que las denuncias no se produzcan hasta mucho tiempo después de que comiencen las agresiones".

"La Red Internacional para la Prevención del Abuso al Mayor estima que cerca del 55 de las personas mayores se 65 años sufren malos tratos en España. Esto significa que, si se extrapolan los datos a la provincia de Jaén, habría unos 2.000 ancianos que son cada año víctimas de agresiones, insultos o dejadez de funciones en su cuidado. En el 90% de los casos son los hijos o familiares directos los que ejercen el maltrato. Sólo un 10% de los afectados llega finalmente a denunciar los hechos".

Por cierto, hay un teléfono de ayuda. En el 900 85 83 81 se puede denunciar cualquier tipo de agresión y situación de abandono de un mayor, tanto por parte del afectado como de otra persona que conozca la situación. Una cosa más. La foto es de otra señora.