viernes, mayo 23, 2008

AVE MARÍA PURÍSIMA...

"Hay mucho ruido en el mundo. Hay diversiones que no son diversiones y dicen que son libertad. Ahí no hay libertad. Más libres somos nosotras aunque estamos entre cuatro paredes. Somos monjas de clausura pero somos más libres. Simplemente porque no estamos atadas a nada ni a nadie y las personas de la calle tienen muchas ataduras. Y con tantas ataduras, nadie se compromete, ni en la familia".

Así de contundente se expresa Sor Luisa, una de las monjas que he conocido hoy. Es un convento en Alcalá la Real. El de las dominicas. Un convento de clausura preparado para 26 monjas, pero que sólo cuenta con cuatro hermanas. Tres de ellas superan los 60 años y sólo una tiene 38. Son cuatro mujeres que un día decidieron renunciar a todo lo que ofrece el mundo y refugiarse en el rezo diario.

He oído muchas críticas a las monjas. Dicen que siguen la postura del avestruz, pero hacen lo más difícil que es aislarse de todo y renunciar a todo. Dicen que no ayudan al mundo, que no se van tres meses con una ONG, y sin embargo se ayudan a ellas mismas porque al fin y al cabo ellas son parte del mundo.

Hoy he podido entrar con una cámara y un micrófono en un convento de clausura y he hecho el reportaje más bello de cuantos he sacado en Canal Sur, modestia aparte. He roto la estricta agenda de las hermanas, consagradas al rezo cambiante según al hora del día y al estudio teológico, algo muy típico en las dominicas. Piden que se las ayude porque son cuatro y el convento de cuatro siglos en el que viven les viene cada vez más grande. Faltan vocaciones.

Yo no soy creyente, soy agnóstico y abogo por un Estado absolutamente laico, pero admiro a Sor Luisa, Sor Encarnación, Sor Isabel y Sor Carmen. Porque las cuatro me demuestran que se puede cambiar de vida, que se puede renunciar al mundo y crecer interiormente, al margen de que la referencia sea más o menos divina. "Cuando salgo a la calle, me da la sensación de que los coches nos comen", dice Sor Isabel antes de preparar la comida de las hermanas.

Y luego la más joven, Sor Carmen, me habla de su experiencia con 14 años, una edad en la cual había renunciado a la religión o simplemente a ir a misa. "Algo me atraía, que no podía resistir. Venía a rezar con ellas, hacía la oración. Y después de salir del colegio, me venía aquí, y estaba dos horas diarias. Yo que no sabía qué era la oración, y para mí la oración era estar con el señor, como los que están enamorados, y yo me sentía feliz de estar con el señor, y no sabía por qué".

Cuando me enseñaron todo el convento, con las celdas, el coro, la biblioteca, con un libro del siglo XVI, el refectorio, el cuarto de costura y labores varias... me insistían en que ellas eran normales. ¿Por qué consideramos como anormal llevar una vida espiritual?, ¿por qué cuatro monjitas son vistas con distancia por la sociedad?, ¿qué nos falta para que examinemos con desconfianza y desconocimiento la extraordinaria experiencia de estas cuatro mujeres?

3 comentarios:

Manoli dijo...

El problema es el mundo tan materialista en el que vivimos y no sabemos apreciar la labor espiritual de estas 4 monjitas.

Igone dijo...

Chapeau!!

Te he encontrado a través de "Las Ideas"... Y me encanta tu reflexión.

¿Por qué consideramos como anormal llevar una vida espiritual?
tengo mi teoria. Hace unos años, durante la dictadura, todo se hacía por decreto. Con la llegada de la libertad, la sociedad se fué abriendo a una nueva forma de pensar y de vivir. En mi opinión es un cíclo, y volveremos a pasar, no por una época quizá tan boyante de vocaciones, pero en el que también esto se normalizará y en la calle, los laicos, nos compremeteremos con nuestro papel, y viviremos como verdaderos creyentes con una vida espiritual más activa que la de hoy en día.

¿por qué cuatro monjitas son vistas con distancia por la sociedad?
Yo no las veo con distancia....Y tengo mucho cariño a mis monjas de Lerma, aunque ni si quiera las conozca personalmente pero tuve buenos momentos cuando estuve trabajando allí.

Un saludo desde Euskadi.

aLoNe THe DReaMS SuRViVe dijo...

Quiero resaltar dos frases de tu texto que, para mí, son la exégesis de todo el contenido, son las siguientes:

"[...] nadie se compromete, ni en la familia"

"Faltan vocaciones"

Da igual que seamos religiosos, laicos, pero antes estas verdades no podemos sentirnos indiferentes....