Nunca ha sido tan importante la palabra como ahora. Tras el atentado de ETA de la pasada madrugada, con una organización armada debilitada pero aún capaz de matar, con un clima político complicado, con una ley de partidos que hace que Batasuna sea ilegal pero que permite que partidos ultras como Falange Española o Democracia Nacional se puedan presentar a las elecciones, con mil prejuicios contra las ideas nacionalistas... se impone la necesidad de hablar.
Yo no digo que haya que negociar con los que te ponen una pistola sobre la mesa, sino que hay que hablar. Entre las diferentes fuerzas políticas, entre todos, incluyendo a los 'batasunos' o como se llamen ahora, dejando que sean los vascos los que decidan su futuro, porque son un pueblo y porque tienen derecho. Igual hiero susceptibilidades, igual me dicen que hago el juego a los que matan, igual soy un rojo separatista... Me da lo mismo.
Si hiero susceptibilidades, lo siento. No hago el juego a los que matan porque el derecho a la autodeterminación está muy por encima de las veleidades asesinas de cuatro cerdos. No lo defiendo para que ETA deje de matar porque estoy seguro de que encontrarán una excusa para seguir matando. Son delincuentes, son criminales, una mafia, un peligro público, más allá de lo político. Y, por cierto, soy rojo pero no soy separatista.
1 comentario:
Con quién hay que hablar?
Y en qué escenario?
Y, sobre todo, de qué hay que hablar?
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