CON 'ENTRE TODOS' UN POQUITO DE POR FAVOR

‘Entre todos’ es uno de los mejores programas que hay en televisión en la actualidad. No es un espacio para la caridad, sino solidario y apegado a la realidad social. Ha recibido muchas críticas, algunas justas y otras injustas. Hace pocos días se coló una llamada de unos estudiantes que en vez de ayudar a una persona necesitada afirmaron que “este programa fomenta la caridad y es el Estado el que debería resolver las necesidades de la gente”. Colgaron en directo y así se retrataron ellos solos. La presentadora, Toñi Moreno, con bastante más cintura, les respondió y el programa continuó con normalidad. (Ver incidente)

‘Entre Todos’ ha recibido en las últimas semanas numerosas críticas, incluso internacionales. El periódico francés Le Figaro afirmó que era “el programa de los pobres”. El corresponsal en Madrid, Mathieu de Taillac, describe un ejemplo de caso para dar una idea del formato y pone el dedo en la llaga cuando afirma que ‘Entre Todos’ “refleja las consecuencias de una política de rigor a cualquier precio que sacude a los españoles tras tres años y medio. La solidaridad nacional, amputada de los presupuestos públicos, encuentra su apoyo en el voluntariado... y en los platós de televisión”.

Mathieu de Taillac habla de una presentadora “hipervitaminada” que grita al público "con tono de presentadora de Lotería en noche de Premio Gordo" y Cipriano Torres, de Diario de Mallorca, con blog propio, “manda a la mierda” a un programa que considera “miserable”. Por su parte, el Consejo General del Trabajo Social (CGTS) ha exigido a TVE que retire el espacio de su programación ya que "está basado en la recaudación de dinero para ayudar a familias necesitadas, y es un claro ataque al Estado de Bienestar, a la universalidad de los derechos sociales y sólo supone un parche para los problemas de las familias, cuya dignidad no respeta". Hasta se me ha dicho que los casos son un montaje. ¡Bufff! Compañeras y compañeros, ¡ya está bien!, ¡un poquito de por favor!

Yo he sido reportero del programa en su versión andaluza, con Nicolás Díaz como director, Mercedes Franco como subdirectora y Toñi Moreno como presentadora. Se me exigía controlar cada tema, uno a uno, documentándome hasta lo máximo. Si una casa se caía, no me valía con la llamada diciéndome “se me cae la casa”. Antes de que el tema fuera admitido por parte de la dirección del programa se me exigía ir al sitio, grabar y hasta pedir informes periciales sobre cómo estaba la construcción. La familia que nos llamaba muchas veces se veía negra para unir toda la documentación.

Luego yo acumulaba un vídeo previo y todos los papeles y tenía que enviarlos normalmente por fax. Y si la dirección del programa consideraba que nos podíamos fiar de esa familia tirábamos hacia adelante. Yo mismo, nada más visitar algún hogar supuestamente necesitado, descarté temas porque eran familias que yo consideré que estaban abusando de nuestra buena fe. Tenía suficiente confianza por parte de la dirección y el caso no entraba. Así de simple.

Ejemplo real: Una embarazada de 19 años que está a punto de tener un niño me pide un calentador para la casa porque no podrá ni bañar a su hijo en óptimas condiciones. Me voy al piso para verificarlo y al entrar veo una gran pantalla de plasma en un salón de diseño. Pido permiso para ir al baño y me encuentro con una ducha escocesa con diferentes tipos de chorro para relajarse. Busqué un lugar discreto para decirle a la directora lo que pensaba, ella confió en mí y el tema no se publicó.

Ejemplo real: Me llama una madre que necesita un armario para guardar la ropa a sus niños. Voy al sitio y todo se cae a trozos, pero como los vecinos ya ayudaban con la comida, la madre no consideraba necesario pedir más. Lo compruebo, se graba, se envía y la dirección da el visto bueno. Ese es un tema donde se nos necesita. Se hace un directo, numerosos profesionales se comprometen a poner manos a la obra de forma desinteresada y unas cuantas semanas después comprobamos como la casa se transforma… y como la mujer tenía un armario en condiciones para sus hijos.

Mucha gente va a lo fácil, que es criticar sin conocer, cuando más de un programa que se emite en la misma franja horaria se basa en unos valores humanos bastante más bajos, pero se ataca al que tiene menos audiencia, al débil. Y para hablar hay que saber, para saber hay que comprobar, preguntar o vivirlo. Que el insulto es muy fácil, la demagogia hace mucha espuma y falsear una identidad, ofreciendo una falsa ayuda y colgar un teléfono te quita toda la razón que tenías. ¡Así que un poquito de por favor!