La Liga 2012-2013, bajo un punto de vista culé, puede ser entendida como la liga de Tito Vilanova, un hombre que ha luchado lo indecible en su tratamiento contra el cáncer y que ha tenido en Jordi Roura a su hombre en el banquillo. Todas las llamadas telefónicas desde la cama del hospital, desde Nueva York, donde Tito estaba ingresado, han servido para dar instrucciones a distancia en medio de un partido. Ha sido su meritoria manera de ganar una liga de sobras y de forma absolutamente merecida. El título es de Tito Vilanova y también de Eric Abidal, ambos héroes contra el equipo más feroz que puede haber: el cáncer.
Pero los barcelonistas se pueden sentir orgullosos de la totalidad de su plantilla. Los Valdés, Messi, Piqué, Puyol, Alves, Jordi Alba, Busquets,, Xavi, Thiago, Adriano, Pedro, Cesc, Villa, Alexis, Tello y Mascherano irán dando paso poco a poco a Deulofeu, la gran apuesta para la temporada que viene, por no hablar de los Montoya, Bartra o Song, cuyo engarce en el proyecto está por ver. La filosofía del juego sobre la cancha la conocen todos, los otros equipos ya saben cómo jugarle al Barça y lo único que falta es saber qué pasará con este equipazo en cinco años, por ejemplo.
Muchos culés de tribuna, acomodados a su sofá y a su puro, se han acostumbrado demasiado bien a que cada año caiga algún título. Muchos de los aficionados no recuerdan los equipos comandados por Bobby Robson, Carles Rexach o Serra Ferrer, y con la presidencia de uno de los peores mandatarios de la historia del Barça, Joan Gaspart, cuya demagogia tapaba su pésima gestión. Hoy el Barça es otra cosa, la estructura no está hipertrofiada como antes y hay continuidad en el proyecto. El club sigue siendo de los socios, el fútbol es referencia mundial y las secciones rinden bien. Culé de copa y puro, ¿qué más quieres?
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1 comentario:
Lo primero felicitar a Tito, y a continuación a todos los Cules, aunque yo sea madrilista.
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