Esto sería inconcebible en Alemania, Francia o el Reino Unido y, si llegara a pasar, el gobierno destituiría a esa persona de su cargo de manera fulminante. El caso es que la delegada del Gobierno de España en Cataluña, María de los Llanos de Luna, entregó el pasado 11 de mayo a uno de los combatientes de la División Azul un diploma por asistir a un homenaje a la Guardia Civil. ¡Se ve en la foto! La gobernadora es la que viste de rosa, la que da la mano al "camisa azul" con boina roja.
La Comandancia de la Guardia Civil en Barcelona acogía por primera vez un acto para celebrar su 169 aniversario y participaron 30 asociaciones civiles y militares. Y entre ellas estaba la Hermandad de Combatientes de la División Azul, que luchó junto a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial para invadir la Unión Soviética, país que sufrió 20 millones de muertos y donde se dio, entre otras masacres nazis, la sangrienta batalla de Stalingrado.
Pues bien, todas las formaciones políticas catalanas piden la destitución de esta nazi disfrazado de cargo democrático, exceptuando, como no, el PP y el partido Ciutadans, el de Albert Rivera, esos que van de demócratas y bilingües pero que luego, cuando hay que mojarse, quedan retratados. Por ciento, ¿no habría que hacer algo con algún alto cargo de la Guardia Civil por admitir en sus actos oficiales a ex combatientes nazis? ¡Qué asco de país! ¡Qué asco de democracia!
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