En mi película favorita, en 'Titanic', cuando acaba la cena de gala, las mujeres se quedan tomando el café y hablando de "sus cosas", mientras que los hombres se van a otro salón un poco más "noble", para beber sus brandies y fumar los mejores puros, mientras se ponen a hablar de política y economía de la época o, según la opinión de la coprotagonista de la película, Rose, felicitarse entre ellos por ser los amos del universo. Al margen de la épica del 'Titanic', en el otro barco que se hunde, el de aquí, el presidente Rajoy se reúne con los empresarios más ricos de este país. Parece ser que el máximo dirigente del gobierno necesita que Botín y los otros amiguetes le den mimos y le digan que es el más guapo, el más alto y el más rubio. ¡Que se besen! ¡Que se besen! Por cierto, ¿y Bubú dónde está? ¡No ha abierto la boca!
No hay comentarios:
Publicar un comentario