Durante las últimas 48 horas, un gran ejército de tertulianos han puesto en evidencia que si les sacas de sus temas de cabecera, les pones en una patera con olas de 8 a 10 metros rolando al este donde no saben ni situarse. Primera cosa: yo no siento que, como miembro de Podemos, me encuentre en un partido político sino en un movimiento social. Segunda cosa: se nos ha dicho de todo, desde "extrema izquierda" hasta "castristas" pasando por "perro-flautas", "nazis", "frikis" y un largo etcétera de calificativos que ofenden a quien llegan, a mí no.
Demagogos, violentos que hacemos escraches, hitlerianos... ¡Se nos ha dicho de todo menos bonitos! A Pablo Iglesias le han atizado hasta en el carnet de identidad. El exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, que va a Estrasburgo también como miembro de Podemos, y que supongo a sus 78 años tampoco estará para perder el tiempo con nosotros, ha elaborado la primera directiva que vamos a proponer: la "directiva Villarejo", con medidas específicas para limitar el escandaloso salario de los eurodiputados, que una vez se marchen los eurodiputados no vuelvan a través de Consejos de Administración de grandes empresas, y que no tengan en ningún momento privilegios judiciales. Ante la directiva Villarejo el miedo se olisquea.
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