lunes, mayo 14, 2007

SOMOS COMO SOMOS... Y ME ENCANTA

Puerto Banús, domingo a mediodía. Mi coche se adentra por la zona. Enfilo la Avenida Julio Iglesias y meto mi coche en un parking. 3,90 euros la hora. Un robo. Salgo de allí y nos ponemos a pasear tranquilamente, a contemplar los yates, a observar a la gente... Cotillear un poco de la riqueza y la "elegancia" de la zona. Lo primero que me llamó la atención es como el lujo y los coches caros de los que habitualmente andan por ahí se mezclaban con las costumbres de quienes no estamos acostumbrados a ese tren de vida.

Me llama la atención ver tiendas de ropa con un vigilante de seguridad en la puerta, observar a un negro huir corriendo con su mercancía de gafas de sol y bolsos todos falsificados, o ver pasear a una señora con un vestido cuyo estampado es enteramente de tigre, u observar cómo una pandilla de adolescentes cuyos michelines asoman sin complejos se cruzan con unas 'guiris' hechas a base de quirófano, o darme cuenta que dentro de un yate hay una pantalla de plasma. En los escaparates de las tiendas ni me fijé, pero mi amiga me dijo que viera el precio que costaba un simple peto de señora para ir a la playa. Observé: ¡1680 euros!

Luego bajamos a la playa, para pasear por la orilla y así hacernos la ilusión de que hacíamos ejercicio y activábamos la circulación de la sangre. Una familia francesa está tumbada frente al mar y el padre le suelta un azote al niño porque se ponía muy pesado. El chaval llora casi sin gana, porque hay que llorar y llamar la atención, supongo. Luego, unas tumbonas de un chiringuito se extienden hacia el mismo mar.

Nadie las ocupa porque supongo que te cobrarán el gusto y las ganas por tomarte una cerveza, pero muy cerca de esas tumbonas estaba otra familia (española, en este caso). El padre, luciendo barriga. La madre, leyendo revistas. Los niños, jugando. Y todos preparados con los complementos adecuados: sillas plegables, sombrilla, nevera... Un recordatorio de en qué país estamos y de que las viejas costumbres ni cambian ni deben cambiar en medio de tanto diseño. "Eau de Rochas, Eau de Pieds et 'bermudas de Zara", pienso.

La combinación de locales comerciales también confunde al más pintado. Entre un montón de restaurantes dedicados a la mar, te encuentras lo más granado del 'fast-food' cutre. Un espectacular Porsche hace una rotonda y va a toda leche por una calle en la que ni queriendo puedes correr mucho. Y al lado un grupo de chicos que utilizan el capó de su Megane para comer unas hamburguesas del McDonald's. Somos como somos... y me encanta.

8 comentarios:

Marc dijo...

No, si en el fons ja sabia que ets un romàntic... Visca Martínez Soria!

set sota zero dijo...

Pel que descrius, Marbella és la fusió entre Montecarlo i Benidorm. Vas veure algún Renault-4 aparcat al costat d'un ferrari?

yinyang mason dijo...

No pas... però els Ibiza rivalitzaven amb els esportius o els Mercedes.

Anónimo dijo...

Artículo bonito donde los haya!!!
De verdad macho, tú ¿en que mundo vives? Bueno tú y los dos conocidos estos que te siguen la bola.
Todo tú eres un topicazo y encima crees que no. Y todavía te pondrás digno con lo de si el anónimo esto, que si el anónimo lo otro... por mí te lo puedes ahorrar, que ese discurso ya está muy visto.

Un anónimo (lo contrario de conocido)

Anónimo dijo...

Muy bueno el relato con ojos de turista. Hola Javier, ¿te puedes poner en contacto conmigo? Soy Jesús Abad. Disculpa es que he perdido tu número de teléfono. Gracias. Un abrazo. pasargada@terra.es

Anónimo dijo...

por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con marc, pero en serio: eres el nuevo PACO MARTÍNEZ SORIA... para ver el lujo, la ostentación, el cruce de mal gusto y dinero, al nuevo rico, al pobre de siempre... no hay que ir a Puerto Banús ( SALVO QUE QUIERAS CONTARNOS QUE HAS ESTADO ALLÍ, QUE ME TEMO QUE ES ESO), seguro que te has pasado por Calle Serrano en Madrid, allí la ropa también es cara, te puedes encontrar a la Victoria en GUCCI, y a una chinita, a la que le ha ido bien el negocio... en fin

(andreu, el anónimo)

Anónimo dijo...

ENVIDIA:
Envidia tuya al ver esos yates, envidia del señor de la barriga de poder permitirse un chiringuito, envidia de la señora de la revista por lo que veía, envidia de tu amiga al ver ese trapo para bajar a la playa. País de envidiosos!!!

yinyang mason dijo...

Jajajaja... A mi el que me gusta es el barrigudo que funciona al margen del chiringuito y se trae la tortilla de patatas hecha de casa.