lunes, mayo 14, 2007

EL BARÇA CAE Y VUELVE EL VICTIMISMO

El culé es victimista casi por definición. El final de Liga que estamos viviendo tiene mucho que ver con la tradición barcelonista. Es ese eterno temor de que las cosas vayan a peor pese a que ahora estén bien. Es el victimismo tradicional que nos dice que la última lágrima será más triste y sentida que la anterior. Frases como "patirem" ("sufriremos") o "ja hi som" ("ya estamos") son tan propias de la manera de ser del aficionado del Barcelona que la única pregunta es cuando serán pronunciadas otra vez.

El problema que el culé tiene es que su equipo tampoco hace mucho para que el destino cambie. El hecho de ir líder durante buena parte de la temporada y perder esa supremacía en las últimas jornadas, tener opciones para todo y perderlas en el último minuto, y que el Betis empate al filo del pitido final cuando el Barça ha tenido mil opciones de marcar es algo muy propio a la historia 'blaugrana'.

Claro que ha habido momentos de la historia del Barça en que se ha roto la fatalidad tradicional. Se ha llegado a disparar la euforia hasta límites inasumibles para después volver a caer en la depresión y en las ideas sombrías de mandar a casa a todos, de querer una limpieza a fondo. Luego vemos faltas de concentración como la de Thuram o la de la defensa culé en general en el gol del empate del Betis que provocan que el culé mueva la cabeza como si fuera la senda de los elefantes y que el madridista vuelva a lucir una blanca sonrisa en la oficina. Otra cosa muy tradicional...

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