Es una frase que repito a menudo. A veces hay gente que me la critica porque quizá surja del conformismo, pero lo pienso sinceramente. Además, a medida que veo desgracias y las saco en televisión, me doy cuenta de que todo es relativo, de que nuestros problemas a veces los magnificamos en exceso. También digo mucho otra frase: "Ojalá todos los problemas sean estos". Tampoco gusta mucho, pero me da igual.
Esta semana en particular ha sido principalmente de desastres, todos relacionados con una espectacular tromba de agua que cayó sobre las localidades de La Puerta de Segura y Puente de Génave. Las riadas me han absorbido y me han impedido atender el blog un poco mejor. Lo de la Sierra de Segura ha sido brutal. Millones de euros perdidos, casas que han quedado reducidas a la mínima expresión, comercios arrasados, vivencias sumergidas bajo el río y hasta una casa prefabricada que el agua se ha llevado literalmente.
Entrevisté a los que habían perdido la casa prefabricada. Estaban como anestesiados por la tragedia, sin capacidad de reacción, como sin hacerse totalmente a la idea y mirando al infinito desde un albergue municipal que les acoge pero que no sienten como suyo.
Es un matrimonio de jornaleros. Él vive de la aceituna, ella colabora en lo que puede pero principalmente es "sus labores, y los dos hijos, de 15 y 16 años, estudian. Se quedaron sin nada y cuando digo "nada" quiero decir "nada". Si se hubieran entretenido en meter cuatro cosas en una maleta, ellos se habrían ahogado en la casa y ahora no lo contarían. Tampoco lo habrían contado si en el momento en que pasó todo hubieran estado durmiendo.
Ahora no tienen nada, la ropa que llevan está donada por los vecinos, la comida también es gracias a la generosidad de la gente, no tienen ni para tomarse en café. Y con ellos tuve una anécdota que me impactó. Le pregunto a la mujer cómo se escribe el apellido del marido, con 'y' o con 'll', y ella me dice una frase que no entiendo. Le vuelvo a preguntar y me responde "¡que soy analfabeta!". Jamás había visto un analfabeto en mi vida. Les voy a llamar para gestionarles una escuela de adultos, para que al menos la señora pueda aprender a leer. ¿Pero cómo es posible esto?
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