La de Getafe ha sido la peor decepción de la historia del Barça después de la final de Sevilla de 1985. Curiosamente, estamos ante una eliminatoria de Copa que ha marcado dos momentos de la historia barcelonista muy distantes entre sí. En la ida, el quizá mejor gol de cuantos se han visto en el Camp Nou. Y en la vuelta, la segunda peor decepción culé. ¿Quién da más? ¿Qué podemos decir más de una temporada tan extrema e ilógica?
Se me ocurren mil adjetivos. Vergüenza, oprobio, indignación, humillación, asco, enfado, caída, ninguneo, vagancia, prepotencia, ridículo, bronca, rabia, derrota, irresponsabilidad, fracaso, resignación, cabreo... y fin de ciclo. Éste es el resultado que marca el fin definitivo de un ciclo marcado por un gran juego pero también por sonoras juergas y el colegueo de un entrenador que ha consentido demasiado.
Dos datos definitivos. Un Barcelona que sólo ha chutado dos veces a portería y ha sido humillado por un Getafe que ha pasado de la decena de ocasiones claras de peligro. Jorquera ha salvado una goleada todavía mayor. En concreto, en el tercer gol, había nueve jugadores azulgranas dentro del área y cinco azulones... y sin embargo, marcaron los azulones. Y Getafe es una fiesta... y me alegro por el Getafe, porque eso significa que hay fútbol.
1 comentario:
El Barça actual m'està començant a recordar al Madrid dels galàctics. Molt cubata i molt poca feina.
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