
Atención al último
comunicado de los obispos andaluces. Voy a empezar por el final, que es como leo los periódicos y las revistas.
"Invitamos a los fieles y a todos los ciudadanos a afrontar la llamada a las urnas con la conciencia de que la construcción de una sociedad mejor, además de expresarse en el voto, al que somos reclamados cada cierto tiempo, requiere también de un compromiso constante y cotidiano en la contribución a la vida común". Previamente la jerarquía católica del sur de España había señalado como valores fundamentales el no al aborto, el no a la asignatura 'Educación para la Ciudadanía' y el no al matrimonio homosexual. Los curas se quitan la sotana y se ponen la corbata para dar lecciones de cómo solucionar la crisis económica o hacer políticas migratorias. Es decir, que piden implícitamente el voto para un partido que defienda todo eso.
Al margen de las lógicas
reacciones que la pastoral ha provocado, yo quisiera lanzar aquí unas cuantas reflexiones. ¿Por qué los curas no piden el voto para el PP directamente? Estamos en un país libre, yo soy el primero que defiende el libre pensamiento, y cada sacerdote, como ciudadano español normal, puede expresarse como desee. Pero si estamos en un país libre y laico, la jerarquía católica no puede pretender una sociedad gobernada por la fe, que es lo que se deja entrever en el comunicado. La verdad es que las diatribas de los curas no tienen ningún desperdicio. Vamos a analizarlas punto por punto porque hay veces que no sabes si destenillarte de risa o echarte a llorar.
- "El Estado no puede suplantar a la sociedad como educador de la conciencia moral". (Mi pregunta es: ¿Quién moraliza al moralizador?, ¿ustedes, señores del clero? ¿Entonces ustedes sí tienen derecho a decirme cómo debo pensar?).
- "Los inmensos medios que el poder pone hoy en manos de los responsables políticos hace que la tentación de manipular a la sociedad, y de reducir el gobierno de los hombres a un control cada vez más minucioso y estricto de todas las dimensiones de la vida, incluso de la conciencia, sea una tentación muy fuerte, a la que se cede con frecuencia. La libertad es un bien frágil. El peligro del totalitarismo, aún con apariencia democrática, es un peligro muy real en nuestro mundo, al que están expuestos todos los partidos políticos, y no sólo en España". (Los curas todavía no acaban de asumir que es la sociedad civil la que marca la pauta del devenir social. Quizá es que estaban demasiado bien acostumbrados a tener el poder o a influir decisivamente en él).
- "Parte esencial del bien común es la libertad religiosa, fuente de todas las demás libertades, que la administración del Estado tiene la grave obligación de preservar y promover de forma efectiva". (La libertad religiosa no es la fuente de todas las demás libertades sino una opción más, como otra cualquiera. Pretenden tener el monopolio de la sociedad y no se hacen a la idea de que ya no lo tienen. Precisamente la libertad religiosa ha sido efectiva en España desde el comienzo de la democracia).
- "La Iglesia defiende lo que Benedicto XVI ha denominado una “laicidad positiva”, esto es, una laicidad “que garantice a todo ciudadano el derecho a vivir la propia religiosidad con una auténtica libertad, también en el ámbito público”. (Ahora la Iglesia da lecciones de laicidad. Sin comentarios. Sarkozy defendió el concepto de 'laicidad positiva' y en Francia, donde nos podrían explicar muy bien lo que es la separación entre Estado y religión, todavía se están rasgando las vestiduras).
- "Los responsables políticos, en su esfuerzo por construir un espacio de auténtica convivencia ciudadana, y respetando siempre el principio de separación de la Iglesia y el Estado, pueden encontrar en las confesiones religiosas una muy importante contribución al bien común. La Constitución Española del 78, precisamente al afirmar la colaboración del Estado y la Iglesia, hizo una aportación a esa convivencia que la sociedad española no debiera perder". (Señoras y señores del clero, si ustedes dicen respetar la separación entre Iglesia y Estado, ¿por qué piden luego una colaboración entre ambas instituciones? Los propios curas se ponen en evidencia cuando apelan a la Constitución para defender los lazos entre la Santa Sede y el Gobierno. Si este país fuera realmente laico, en la Constitución no vendría nada de que el Estado debe procurar una colaboración con la Iglesia).
Yo no sé lo que dirán otros compañeros 'blogueros' como
Ricardo Fernández o Víctor Guerra y sus '
domingos del laicista' pero doy mi modesta conclusión. La jerarquía católica no asume que ha perdido el mando de la sociedad y reclama para sí un protagonismo político que no puede tener. Si el gobierno socialista ha hecho una política pactista con el clero y la reacción católica ha sido así de furibunda, en la próxima legislatura debería profundizar en las reformas sociales, avanzar en una educación laica, abordar por fin el derecho a una muerte digna y romper el concordato con la Santa Sede de una vez por todas. Todo esto, si los socialistas ganan las elecciones, claro...