lunes, junio 02, 2014

EL MARIDO DE LA COSPEDAL PUEDE ESTAR IMPLICADO EN UNA OPERACIÓN URBANÍSTICA QUE DESTROZARÍA LA VIDA A 117 FAMILIAS

Madrid. 35 viviendas en la Carrera de San Francisco, 24 en Embajadores, 52 en San Cayetano y 19 en la calle Madera. Todo ese conjunto habitacional tiene gran valor histórico-artístico y hasta recibió el Premio Nacional de Urbanismo en 1988. Pues bien, ahora el ayuntamiento de Madrid ha firmado una opción de venta con la empresa catalana Renta Corporación Core Bussines, donde es consejero externo independiente el marido de María Dolores de Cospedal, que se llama Ignacio López del Hierro.

Renta Corporación Core Bussines pertenece al grupo empresarial Renta Corporación Real Estate con una deuda declarada de 145 millones de euros. El Consistorio madrileño recibirá a cambio de esta operación 21 millones de euros, unos 160.000 euros por vivienda en pleno centro, un valor muy por debajo de la realidad del mercado. Los cinco inmuebles albergan 130 viviendas, de las que 117 están ocupadas.

Las familias denuncian que el Ayuntamiento les está presionando para que firmen su realojo en otro barrio de Madrid alejado del centro de la ciudad como Vallecas, Carabanchel y Villaverde. “Nos ha llamado Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) con tono amenazante. Nos decían que tengamos en cuenta que si no aceptamos el realojo podríamos quedarnos en la calle”, según ha explicado al diario 'Público' uno de los vecinos afectados. Otro es Mario Agreda, delegado en la ONU, y denuncia que la venta supone “una violación de los derechos humanos”.

Las viviendas fueron compradas por el ayuntamiento en la década de los 80. Han sido rehabilitadas con dinero público y entre sus paredes viven desde hace más de 20 años mujeres que han sido maltratadas, familias numerosas, ancianos y pensionistas, que, por razones económicas, no tienen acceso al mercado libre de vivienda. Todos ellos mantienen un contrato de arrendamiento de bajo coste con el consistorio que se calcula a partir de su renta.

Además, los vecinos denuncian el desarraigo que supondría para ellos el tener que cambiar de barrio a edades tan avanzadas. En el 55% de las viviendas viven ancianos y en 40 de ellas viven personas mayores de 70 años sin ninguna compañía. Uno de ellos, convaleciente de un ictus cerebral con 75 años, dice que el hecho de que lo saquen de su casa a la fuerza supondría “la muerte”. A muchos de los vecinos se les condenaría a una insoportable soledad. Claro que eso al marido de la Cospedal, parte de la operación urbanística, supongo que no le interesará lo más mínimo.

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