No, no son ni Fontaneda, ni Cuétara, ni Lu... Son paquetes de Galletas Gullón, las de Aguilar de Campoo. El episodio me lo contó mi hermana este fin de semana a su regreso de ese país africano. La cuestión es que alrededor del palacio presidencial de Banjul, la capital de Gambia, había diferentes camiones lanzando paquetes de comida al pueblo hambriento que vive en las chabolas que componen todo el paisaje que va más allá de tan magnífico palacio. ¿Y qué comida era? Pues nada más y nada menos que nuestras afamadas galletas Gullón que, por cierto, ahora se encuentra en una difícil encrucijada para sus 800 trabajadores y en una magnífica situación para su ex director general, que va a recibir 9 millones de euros por despido improcedente. Según 'El Norte de Castilla', esa cantidad equivale al 80 por ciento de los beneficios de Gullón en un año...
Bien, volvemos a Gambia, un país con muchos déficits alimentarios y de calidad de vida. El régimen supuestamente democrático de Yahya Jammeh se formalizó por un golpe de estado en 1994. El parlamento de ese país lo componen 53 diputados, pero no todos salen de las elecciones: cinco los pone a dedo el presidente. Un 'crack' este Jammeh, que aparece en la foto con su amigo Hugo Chávez en una cumbre de hace cuatro años. Estamos ante un presidente que es integrista islámico y que dijo en cierta ocasión que iba a matar a todos los homosexuales que encontrara a su paso (ver noticia). Ole, ole y ole.
No hay comentarios:
Publicar un comentario