TODAVIA NO SOMOS UN PAÍS NORMAL

No somos una democracia normal. No lo somos porque si no yo podría decir a los cuatro vientos que soy de izquierdas. No lo somos porque yo podría lucir en mi casa e incluso colgar en mi ventana mi bandera tricolor. No lo somos porque temo herir susceptibilidades de gente mayor con la que tengo que tratar si exhibo esa bandera, no vaya a ser que traiga malos recuerdos... o buenos. No lo somos porque tampoco puedo hablar ante según que personas de mi no creencia en ningún dios o de mi postura contraria a las corridas de toros.

Casi parece que tenga que pedir disculpas por mi catalanidad, por mi republicanismo, por mi militancia de izquierdas, por mi cultura agnóstica... y hasta por mi desnudez (vease post de más abajo). Hay quien dice que soy un victimista, y quizá sea verdad, pero no veo más que eso: un ocultar mi forma de pensar por miedo, ese miedo que te atenaza, que impide tus movimientos, tu paso firme y valiente. Por eso todavía no somos un país normal, porque muchos vivimos todavía en una de las 'dos Españas', los unos y los otros. No somos un país normal porque que me haga yo una foto con una república no tendría que ser visto como extraño. Porque en otros lugares como Francia que te hagas una foto con una dama de la república es hasta bello. Son heridas que todavía quedan y van a tener que pasar muchos años para que se curen.