SI ÉSE ES EL MUNDO CON EL QUE SUEÑAN, ME VOY A OTRO PLANETA

Echaba de menos esto del blog. Unos arreglillos en la máquina la han tenido apartada durante unos días, pero aquí estoy otra vez. Incluso en agosto. La verdad es que estoy viviendo las vacaciones menos atractivas de mi vida. Estudio mañana y tarde. Unas oposiciones me traen un poco por la calle de la amargura, pero no me quejo: quien algo quiere, algo le cuesta. Esto de la Constitución y del Estatuto de Andalucía tampoco es que sea lo mío, y aún el espectro de cosas es todavía más amplio. Hay quien me dice que esto huele a tongo, pero eso es excusa de mal perdedor. El espíritu es otro.

Hablando de espíritu, que si no lo digo reviento, si alguien todavía se cree la patraña del espíritu olímpico, es que vive en otro planeta. La burocracia del CIO, que durante años fue gobernada por uno de los especuladores inmobiliarios mayores de Barcelona y gran franquista, Juan Antonio Samaranch... Bueno, no. Ahora hay que llamarle Joan Antoni. Quizá él se acuerde de cuando unas 100.000 personas frente a la Diputación de Barcelona, que ocupaba el que ahora es el Palau de la Generalitat, gritaban "Samaranch, fot el camp!" ("Samaranch, lárgate"). No sé si hizo mucho por la transición, pero entonces era el año 77 y estaba claro de que parte estaba. Además, era de los que decían que el catalán era una lengua de catetos, mientras escogía palo de golf. Hay que reconocer que se ha sabido reciclar bien...

Bueno, pues el espíritu olímpico también es cosa de los chinos, que ejecutan a unas 10.000 personas todos los años. Estamos hablando de una dictadura comunista que ahora ha acuñado un 'slogan' muy logrado desde el punto de vista publicitario pero cargado de cinismo. El 'one world, one dream' de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 pretende ser una demostración de fuerza de un régimen que aspira a ser super potencia mundial, arrasando todo lo que encuentra a su paso. Todo un peligro para los que creemos en la democracia. Vamos, que si ése es el mundo con el que los chinos sueñan, yo me voy a vivir a otro planeta.

Yo viví de cerca los Juegos Olímpicos de Barcelona e intereses ha habido siempre en todos los países donde se ha celebrado esta magna cita, incluída mi ciudad. Pero la diferencia es que en España la gente vota cada cuatro años, sin muchas opciones buenas a decir verdad, y que si vas a juicio sabes positivamente que no te van a pasar por el paredón. No vivimos en el mejor de los países, pero desde 1992 a 2008 hemos ido hacia atrás, como los cangrejos. Por cierto, la ceremonia de inauguración muy bonita, sí.