domingo, julio 13, 2014

JOSEBA URRUSOLO SISTIAGA PIDE PERDÓN A LAS CASI MIL VÍCTIMAS DE ETA

Foto: Cadena SER. En el centro, Urrusolo Sistiaga
Te voy a contar el momento en el cual pasé más miedo en mi vida. Estaba en el bar exterior de la prisión de Puerto de Santa María hablando con unos funcionarios del centro penitenciario, amigos míos, cuya única culpa era ser eso: funcionarios. Nos echamos dos risas y mientras tanto uno de mis amigos miró debajo de mi coche. ¿Qué? "¡Es que se te han quedado mirando!". ¿A mí? "Tú eres amigo nuestro, eres culpable". Pensé que miraban a gente que estaba detrás mío y luego era yo mismo. Eran sus mujeres, sus madres, sus hijas, sus familias, con el 'look' habitual de las chicas vascas, con su manera de peinarse. Y me estaban mirando a mí. Y ahora mi amigo me miraba el bajo del coche. Nadie sabe lo que me costó meter la llave del vehículo. Me tembló la mano. Encendí, respiré y nos fuímos.

Joseba Urrusulo Sistiaga, uno de los principales dirigentes de ETA, ha pedido perdón. Desde fuera resulta muy difícil entender la evolución de un etarra, máxime cuando viene de refrendar la indecible matanza de mil personas prolongadamente. Ha sido su modo de vida durante años y años. Pide perdón desde la cárcel, desde el paraguas que da la doctrina Parot. Pero ahora no valen cambios, quizá un acercamiento de los presos, pero poco más. "Lo que se hizo con Lasa y Zabala fue una barbaridad, pero lo que se hizo con Miguel Ángel Blanco fue otra barbaridad". Son palabras de Urrusolo Sistiaga. "Quien olvida su pasado corre el riesgo de poder reproducirlo", le dice Iñaki García Arrizabalaga, el hijo de una víctima en el programa 'A vivir que son dos días', de la Cadena SER. "En la izquierda abertzale todavía no se asumen las responsabilidades que se tienen", admite Joseba.

Y ahora saldrá Joseba de la prisión gracias a la doctrina Parot. Y la gente se seguirá mirando de reojo durante los años que queden. Y las heridas tardarán decadas en cerrarse. Y será dificilísimo estrecharse las manos. Y cada mirada de ojos costará hoy más y mañana un poquito menos. Y el odio tendrá que ir cesando porque vivir con odio carcome a cada cual, le deja el corazón lleno de gusanos. Y así año a año, década a década, sin olvidar pero intentando superar, como si fuera superar una especie de Guerra Civil. Y en los pueblos. Y entre la gente. Y pensando en que todo empezó en una conversación en una pequeña habitación en Nanclares de Oca.

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