miércoles, julio 16, 2014

ES UN CRIMEN SACAR A UN NIÑO DE LA GUARDERÍA

Más de 20.000 niños y niñas han sido expulsados de la red pública de escuelas infantiles en Madrid desde 2011, cuando la Consejería de Educación encareció las tasas que debían abonar las familias. A partir de entonces, la lista de espera para esta etapa educativa, que no es obligatoria, comenzó a descender por la caída en la demanda de plazas hasta esfumarse. Eso viene de un gobierno regional que le pilla más gusto a la religión o a los centros privados que un tonto a un lápiz. El presupuesto para las guarderías ha bajado un 30% y lo que te rondaré morena.

El plan educativo del gobierno de Ignacio González y la consejera Lucía Figar de Lacalle crea auténticas lacras. Tras el incremento de tarifas aplicado por la Comunidad de Madrid en 2013, que encareció las mensualidades entre un 21% y un 56% respecto a 2012, tenemos 4.500 plazas sin ocupar este año, según el recuento de la Junta de Portavoces de Educación Infantil Pública. En el curso pasado una familia que ingresara por debajo de 5.600 euros al año, podría pasar de 49 euros en 2009 a 80 este curso. El siguiente tramo, que está por debajo de los 7.600 euros, subió de 92 a 130 euros al mes.

Y si nos vamos a la Cibeles, el mismísimo ayuntamiento del "relaxing café con leche" subastó dos escuelas infantiles para su nueva gestión, pero no con criterios de calidad sino de beneficios. ¡Qué escándalo! Las políticas educativas son lo más básico en cualquier sociedad decente. Si dejamos crecer a nuestros jóvenes con unos videojuegos, sin libros y con mil faltas de ortografía en cada renglón estamos construyendo una generación "ni-ni" de tontos y cenutrios muy fácilmente manipulable. El clasismo y la división hace que las familias humildes no tengan para abonar la educación a sus hijos y así la generación de hoy no crece libre.

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