lunes, marzo 03, 2014

AQUEL NO ERA YO

Esteban Crespo creció, creció y rozó la gloria. No llegó, pero la rozó. Con "Aquel no era yo" estuvo a punto de lograr el Oscar 2014 al Mejor Cortometraje. Parece mentira que el cine español tan solo se vea representado entre los nominados a los Oscar de Hollywood, sólo por la contribución del enorme trabajo de sus jóvenes cortometrajistas. Como dijo el productor González Macho, hoy hacer una película en España es una "heroicidad". Yo creo que no por falta de creatividad, sino de industria.

Y es que desde 2007, con la película "No es país para viejos", con Javier Bardem galardonado como mejor actor de reparto, el cine español no ha vuelto a ser premiado en Hollywood. El papanatismo cultural del ministro Wert hace que nuestros genios del celuloide no puedan hacer prácticamente nada a día de hoy y que nuestro cine esté cayendo en barrena.

¿Propuestas? Ya las escribí en este blog sin haber descubierto la sopa de ajo. Los franceses garantizan a sus cineastas un porcentaje de exhibición de sus películas en diferentes salas a partir del 40 por ciento de la cartelera, con un IVA cultural del 7 por ciento, muy lejos del 21 de aquí de España, y además subvencionan a sus propias producciones. Como las instituciones públicas españolas no tienen un duro o lo dedican a cosas absurdas, bien se podrían cubrir esas subvenciones por un Ley de Mecenazgo, de la cual llevamos años hablando, pero que nunca se pone en marcha.

La lástima es que Montoro no ve con buenos ojos una norma que promueva exenciones fiscales a las empresas que apoyen nuestra cultura. Los que saben de esto hablan de las industrias culturales como un sector que supone ahora el 4 por ciento de lo que producimos como país, el famoso PIB, y que da empleo a medio millón de personas. De hecho, si siguen las medidas del ministro Wert, podría haber "un daño similar al de la construcción en España”. Es así de triste.

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