PRESUPUESTOS DEL ESTADO Y MEDIAS VERDADES

Hoy que se habla tanto de los presupuestos del Estado, no estaría de más recordar que los políticos mienten. Sí, mienten con todo el descaro. Son embusteros porque incumplen promesas, pero también estafan el lenguaje porque usan medias verdades que ocultan la auténtica realidad de las cosas. Aprovechando días como el de hoy donde se ha visto ya lo que nos va a costar sufrir durante 2014, me he ido haciendo una selección de las palabritas de está elite llamada “políticos” o “políticas”, que están dando tanto por los “ciudadanos y ciudadanas”, como muchos dicen.

Un ejemplo son estos presupuestos “austeros” (miserables) que hacen que el programa de “reformas” (recortes) siga en la “buena senda” (la mía es la buena, la tuya no) para que se vea por fin “la luz al final del túnel” (Zapatero también dijo “brotes verdes”), ya que de esta crisis “estamos saliendo” (sin comentarios). Para ello es indispensable seguir con el diálogo con los "agentes sociales" (sindicatos y empresarios a la vez, eso sí es verdad) del que surge la “reforma laboral” (recortes a derechos que a los trabajadores les han costado años de lucha), la “moderación salarial” (sueldos más bajos aún), “expedientes de regulación de empleo” (despidos colectivos), “contención en el gasto” (recortes varios en educación, sanidad e investigación científica por ejemplo) y un “adelgazamiento de la administración pública” (no ponen más funcionarios y al resto los prejubilan). Todo esto como “palancas para salir de la crisis”.

Es indudable que los presupuestos generales del Estado tienen “un carácter social con las limitaciones que marca el control del déficit” (literalmente he escuchado esto a un ministro esta mañana, que con estas hermosas palabras decía que se iban a conservar la sanidad y la educación pero sin los mismos recursos que el año pasaado). En cualquier caso debe crecer más nuestra “credibilidad en los mercados exteriores” (para que los banqueros se forren más, claro). Qué duda cabe que ha habido cambios como la “movilidad externa” (la fuga de cerebros que se tienen que ir a investigar al extranjero de puro asco por cómo está la ciencia en España) o a veces alguna “indemnización en diferido” (a Bárcenas se le siguió pagando en el PP meses después de que se fuera).

Pero sobre todas las reformas estamos “abiertos a la negociación”. Estamos dispuestos a hablar con el señor Mas sobre la autodeterminación (“dret a decidir”, “Estat propi”, "emancipació", "sobirania nacional") pero siempre “dentro de la legalidad constitucional” (es decir, que no hay nada que hablar porque la ley de leyes hace casi imposible que los catalanes puedan votar sobre su futuro y si es posible ya habrá un Tribunal Constitucional que se encargue de ser la hidra de los nacionalistas catalanes y vascos). Eso sí, no queremos que Mas engañe a nadie porque su “sueño separatista” (independentismo) sacará a Cataluña de Europa y con sus grandes manifestaciones no tiene en cuenta a la “mayoría silenciosa” (eso es como decir que por enorme que sea la movilización, todos los que no han ido no quieren la independencia). ¡Qué bonita es nuestra lengua!