jueves, octubre 31, 2013

LA GENERALITAT NO RESPETA A LOS MAYORES QUE TENGAN QUE GASTAR TODO EN MEDICAMENTOS


Los farmacéuticos catalanes están pasando las de Caín para llegar a final de mes porque el Govern de la Generalitat no les abona el descuento que aplican a los clientes sobre los precios reales de los medicamentos. Los profesionales tienen que pagar a toca teja a los distribuidores, grandes y poderosos laboratorios que son como Nuestra Señora del Puño Cerrado, y al mismo tiempo los políticos no cumplen con sus compromisos. Les deben cuatro mensualidades: noviembre de 2012, diciembre de 2012, mayo de 2013 y septiembre de 2013. Llegaron a un acuerdo con el Govern para que se les pagaran de inmediato tres meses… ¡sin intereses! Hoy, no les han abonado ni esos tres meses ni septiembre ni tampoco octubre de 2013. ¡Y los proveedores amenazan con dejar de suministrar material!

La única solución para los farmacéuticos es cobrar a los clientes el coste total de los medicamentos. Yo recibo un tratamiento contra mi cáncer a través de la sanidad de mi tierra, donde resido y pago mil facturas. Cada equis tiempo retiro mis pastillas de receta electrónica. Si los boticarios dicen que hay que pagar el cien por cien las pastillas, lo pago. A mí no me importa pagar más ya que los farmacéuticos no se quedarían tan colgados. Eso sí, le estaría tapando las vergüenzas a la Generalitat y seguro que habría personas mayores sin pensiones dignas que no podrían pagar medicación indispensables. Pero eso al conseller de economía catalán Andreu Mas-Colell le importa un pito.

Bajo mi punto de vista, el ciudadano catalán no puede indignarse con los boticarios que tienen una paciencia más propia del profeta Job y luchan por mantener su puesto de trabajo. El problema está en la Generalitat. ¿Por qué? Porque Andreu Mas-Colell afirma que Madrid no paga 1.700 millones del Fondo de Liquidez Autonómica. El conseller d'Economia ha precisado que recibió una llamada del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, “con muy buen tono y cordial” y que todo se debe a un “problema de comunicación” previo entre las dos partes. Pero el tema se pone peliagudo cuando el ministro de Economía del Gobierno de España, Luis de Guindos, no quiere que a base de pagos farmacéuticos se dispare la deuda pública.

Como la deuda del Estado Español va a pasar del cien por cien del famoso Producto Interior Bruto (PIB), las farmacias se van a quedar sin medicinas, muchos enfermos sin ellas, y la salud pública catalana va a pasar de ser un vodevil a una tragedia griega. Que nadie se confunda, los boticarios son empresarios pequeños con sus trabajadores y están de deudas hasta las cejas, muchos pacientes no pueden pagar medicinas al precio total y los gobernantes catalanes echan balones fuera sin importarles lo más mínimo la sanidad, pero no pasa nada: el “dret a decidir” va a llegar muy pronto y lo va a resolver todo.

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