lunes, abril 08, 2013

SARA MONTIEL, ESPLENDOR Y DECADENCIA

Como no tengo ni la más remota idea idea para hablar de Sara Montiel, prefiero dejarte un enlace al blog ‘Quiero ser maravillosa’ que resume sus gestas con una amplia documentación fotográfica. Haz click aquí. En lo que a mí respecta, prefiero hablar de la Sara antigua y no de la actual. El canon de belleza de los 40 y 50 era de una mujer con caderas, curvas y proporcionada. Evidentemente cada persona puede defender un físico distinto, no hay dos seres humanos iguales en el mundo, y no soy nadie para decir cómo debe vestir una mujer o un hombre. Pero creo que tengo derecho a decir que el cuerpo tipo Marilyn o tipo Sara es más sano que lo que representan las modelos esqueléticas de hoy. Los exigentes tallajes que normalmente se manejan en los comercios hacen que una quinceañera atractiva y que empiece a apuntar en sus formas algo de caderas lo pase realmente mal para vestirse a la moda, con las consecuencias que ello acarrea en cuanto al eterno problema de la anorexia y la falta de autoestima.

Y tengo otra reflexión más y en ese sentido me gustaría que me dejaras algún comentario. Todos debemos envejecer con dignidad. Yo no digo que con determinada edad debamos llevar boina calada y tirar migas a las palomas, pero sí creo que cada etapa tiene su afán. Conozco a gente que no sabe envejecer, que recurre al botox y a mil cirugías y que se empeña en tener una juventud que ya se fue. Bajo mi punto de vista, Sara llevó un divismo trasnochado durante los últimos años de su vida, fuera del hecho de asumir una vejez digna. Cada parte de la vida hay que saber llevarla, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas. Y hay que aprovechar las buenas siempre. No queda otra.

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