jueves, marzo 14, 2013

UNA NUEVA CARA PARA LA MISMA CRUZ

Voy a hablar del nuevo papa, aunque sea agnóstico. Entiendo que lo que pase en la Inglesia Cristiana Católica Apostólica y Romana influye a la mayor parte de la población mundial y a las decisiones de muchos gobiernos y empresas. La Iglesia es un “lobbie”, sus luchas internas dejan en ridículo los enfrentamientos de cualquier partido político, sus extrañas intrigas palaciegas hacen que el máximo dirigente de Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, un pederasta de tomo y lomo, quede discretamente retirado en rezo y meditación y que miembros de la secta destructiva “Opus Dei” formen parte de un gobierno como el español y de multitud de centros de decisión..

Estamos ante la Iglesia que del cardenal estadounidense, Roger Mahony, involucrado en un escándalo de pederastia, que acordó pagar unos 10 millones de dólares de indemnización a cuatro hombres, presuntas víctimas del clérigo pedófilo Michael Baker. Por cierto, el Cardenal que untó a esas víctimas ha estado en la Ciudad del Vaticano esta tarde eligiendo papa. Por otro lado, la Iglesia ha sido incapaz de tolerar que haya sacerdotisas, cardenales mujeres o similares. La Iglesia alerta contra la secularización pero es ella la primera que habría de secularizar.

Si hablan tanto de amor, ¿por qué rechazan que las parejas del mismo sexo y cuyo vínculo es puro puedan contraer matrimonio con normalidad?, ¿por qué no quieren que ninguna pareja homosexual adopte y llaman “hijos del pecado” a todos aquellos que crecen felices en una pareja de personas de igual sexo?, ¿por qué están en contra del divorcio y luego conceden nulidades matrimoniales a gente con relevancia social que tiene dinero para que los curas les den un “divorcio a la católica”? , ¿por qué se agarran a verdades absolutas e indiscutibles?, ¿qué pasa con el libre pensamiento?

Una de las cosas que primero debera respetar el nuevo papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio, es la laicidad y el no intervencionismo de la Iglesia en la política y en la vida de los que no creemos. De hecho, el primero que estuvo por la labor fue el mismísimo Jesús de Nazaret. Cuando algunos discípulos le preguntaron si consideraba justo pagar tributo al gobierno, el profeta manifestó: “Pagad pues a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios” (Mateo 22:21). Son cosas que quizás nos recuerdan que los primeros que deberían dar ejemplo de cristianismo son los jerarcas católicos.

Será el primer papa latinoamericano, el primer jesuita, el primero que coge el transporte público y el primer Francisco, pero tendrá que predicar con el ejemplo. Voy a ser descarnadamente sincero. Hace ocho años, cuando tenía 68, pudo ser papa, pero con una jugada maestra de Ratzinger le entró vértigo y cedió el poder al alemán. Ahora, con 76 años de edad, le queda menos vida para poner al día a la Iglesia, si él quiere, claro está...

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