El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha hecho que muchos de los colegios e institutos hayan empezado clases con barracones. En los 70, cuando la ley no se llamaba "Wert" sino "Villar", de cada 100 niños que arrancaban primaria, sólo 27 acababan secundaria y sólo 7 alcanzaban la Universidad. Hoy tenemos más universitarios que en muchos países europeos, lo cual ha sido inaguantable por parte de las grandes elites jerárquicas. La marea verde ha vuelto a la calle por culpa de un auténtico cacique que engorda su barriga a base de recortar.
Insisto, siete leyes después. ¿Nos aclararemos algún día sobre qué educación queremos? Desde los los 70, desde el señor Villar, nos plantamos en los inicios del siglo XXI, con el señor Wert. ¿Pero con qué? Con un total de 43.000 millones de euros que se podrían suprimir del presupuesto en educación en los tres próximos años. ¡Y con el copago! De facto, la privatización del bachillerato y la Formación Profesional, y la supresión de la universidad pública eliminando el sistema general de becas y reemplazándolo por préstamos bancarios.
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