lunes, septiembre 22, 2014

EXPONE, ARGUMENTA, CONVENCE

Pablo Iglesias es un gran fenómeno mediático que, junto a su equipo de Podemos, tiene una competencia como profesor universitario difícil de repetir, siempre con el apoyo de Luis Alegre, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Juan Carlos Monedero (probable candidato por Madrid), Ada Colau (de Guanyem Barcelona, también posible candidata) y otros tantos ejemplos. Su tarea mediática ha dado buenos índices de audiencia a determinados programas de televisión y, lejos de tener una representación en el Congreso de los Diputados, se ha hecho un hueco con tres premisas: exponer, argumentar, convencer. En este tipo de infoshows se combina la actualidad, el debate polémico y una supuesta vocación de investigación periodística. Podemos es severamente criticado por populista y demagógico, pero en cuanto han levantado sus alfombras nadie ha visto nada, sino un movimiento político que no responde a los bancos sino a las donaciones de sus militantes. ¡Y vaya si hay militantes! En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, Podemos tiene 19.773 afiliados en la Comunidad de Madrid. La cifra supera a los más de 15.000 militantes con los que cuentan los socialistas madrileños y los 5.000 de Izquierda Unida en esa región.

Pues bien, ante el desgaste más absoluto de una clase política pervertida, nos aparece de la ruina socialista un tal Pedro Sánchez que hace un año era sólo conocido en su casa a la hora de comer. El diario 'El Mundo' ha revelado conversaciones del nuevo líder socialista con empresarios: "Podemos no encaja en mi programa. No es que esté contra ellos, pero es que plantean soluciones falsas a problemas reales. No podemos pactar con los que amenazan el Estado del Bienestar". Según indica ese periódico, los hombres y mujeres de negocios ya sienten en sus cogotes el aliento de los que parece que están llamados a ser la tercera fuerza política de este país. Podemos da miedo, agobia. Quiere nacionalizar bancos, suprimir puertas giratorias para la casta política y no desea deber nada a nadie. El PSOE quiere que todo esté como siempre, que sus cadáveres políticos puedan pasar a los consejos de administración y no tiene problema en endeudarse con los bancos. Así expone, argumenta y convence al gran capital este atractivo y empático político de corta y pega.

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