Las comparaciones siempre son odiosas pero vamos a ver cómo hub)ieran sido las últimas elecciones generales españolas si se hubieeran ceñido al sistema de Estados Unidos. De entrada, esto sería una república con 17 o 52 estados (depende de si hablamos de Comunidades Autónomas o Provincias), cada uno con sus leyes propias que podrían variar incluso en temas tan delicados como la pena de muerte. Rubalcaba y Rajoy hubieran empezado a dar mítines con más de un mes de antelación, puesto que no tendríamos unas fechas límite de campaña electoral ni jornada de reflexión ni prohibición de hacer propagando con las votaciones en marcha.
Evidentemente, aquí los únicos candidatos serían Rubalcaba con un hipotético número 2 y Mariano Rajoy con Soraya de futura vice-presidenta. Por supuesto, ambos surgidos de unas primarias de sus respectivos partidos. Sería por lo tanto muy difícil la candidatura de Cayo Lara e imposible cualquier opción catalana, vasca o de otros territorios.Todos los actos electorales tendrían mil banderas de España sin que nadie les llamara "fachas", las esposas de los candidatos estarían en la mitad de los actos, entre confeti y fuegos artificiales, por supuesto habría multitud de voluntarios por las calles repartiendo folletos y Rubalcaba y Rajoy irían a los mercados o las fábricas a congraciarse con la gente. Los medios anunciarían explícitamente el candidato al que apoyan y los grupos o cantantes actuarían en los actos electorales, como en los "mítin-fiesta" de la transición. Un par de semanas antes de las elecciones ya tendríamos hechos dos debates en televisión como mínimo y pobre del candidato que se negara.
El sistema electoral no sería nada proporcional. ¿Quién saldría de presidente? El que ganara en las provincias o comunidades autónomas que aportan más diputados. Vamos a analizarlo por provincias, que al fin y al cabo son las circunscripciones que hoy funcionan. Si Rubalcaba ganara en Barcelona aunque fuera por un estrecho margen se llevaría la totalidad de los 31 diputados que corresponden a esa provincia. Si Rajoy ganara en Madrid, se llevaría 33 diputados o "votos electorales", según el vocabulario americano. Aunque fuera por un voto más el candidato ganador en cada territorio se llevaría todos los parlamentarios que corresponden a esa circunscripción. ¿No sería un poco escandaloso? ¿Y qué pasa con los demás partidos? Entonces España se convertiría en una República, pero sin un ápice de justicia democrática. Por cierto, ¿alguna televisión norteamericana vendría a España a hacer un programa especial?
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