LA "NORMALIDAD" Y LOS PIQUETES OCULTOS

No puedo soportar la incoherencia de ciertos personajes que se las dan de padres de la patria. El portavoz de los empresarios Joan Rossell ha afirmado que en la huelga general del 29-M ha reinado la "normalidad". ¿Qué "normalidad" ni que niño muerto?Mi compañera de Onda Cero, Mari Carmen Juan, le ha hecho esta foto a un grupo de turistas de La Rambla de Barcelona haciendo de improvisados reporteros de la huelga. Aunque su incidencia sea más grande o más pequeña, no se puede hablar jamás de "normalidad" porque es una movilización extraordinaria que responde a una situación extraordinaria, como es una reforma laboral totalmente draconiana. No me meto en guerras de cifras. Los sindicatos hablan de un 77 por ciento, lo cual es previsible viniendo de quien viene. Y gobierno y empresarios, que responden a los mismos intereses, hablan de un día "normal". Cada uno dice la "verdad" que le corresponde. Es como si le preguntas a una madre si su niño es feo.

Mi visión de las cosas es la siguiente. Desde este pequeño rincón del mundo llamado Jaén, considero que la huelga ha tenido un seguimiento desigual según donde se mire. Si te vas a una fábrica, ha habido mayor seguimiento. Si te vas a un comercio, la cosa varía. Durante la mañana estaban abiertos parte de ellos. Si miras por la calle, hay más policía (la "normalidad" de Joan Rossell). Si hueles, la basura se acumula y se sale de los contenedores porque desde ayer noche no ha sido recogida. Jaén hoy ha dado asco.

Hablemos de piquetes. Los medios de comunicacón nos han machacado con imágenes de piquetes sindicales a cual más violento. Fíjate en este pequeño vídeo de 8TV donde un grupo de violentos le da una paliza a un hombre que lo único que hacia era protestar. Dejo claro desde aquí que el derecho a la huelga es tan respetable como el derecho a trabajar y la violencia no lleva a ningún lado. Pero, que nadie se equivoque, también ha habido otro piquete, el de ciertos empresarios que han amenazado a algunos trabajadores con el despido por si a alguno se le ocurre hacer huelga. O un piquete menos psicológico, más prosaico, el del dinero que te va a quedar a final de mes después de hacer esa huelga. Son los piquetes ocultos.