COMPAÑERO DEL ALMA, COMPAÑERO

No quería pensar que fuera posible, que Jesús se muriera. Pero ha muerto. Estaba en el hospital ingresado, las noticias que llegaban parecían buenas. Pero justo en el día de los difuntos, justo a la hora en que algunos trivializan la muerte con americanadas absurdas, justo cuando muchos más no la quieren ver por cobardía... se me aparece la sonrisa eterna de Jesús.

Era cámara del programa de televisión en el que trabajo, 'Andalucía Directo'. Estaba en la delegación de Sevilla y era un cachondo. Pero de esos que además hacían grupo. Un tío que te decía las cosas a la cara. No era ni de sonrisas falsas ni de se andaba con rodeos. Era tangible, de verdad, sin nada más. Lo que veías era lo que era. Así era Jesús. Hace un par de semanas le dieron un paliza en Dos Hermanas, no sé a santo de qué ni cómo, pero ahora no me importa. Sólo me importa que los que le dieron ese montón de hostias se enteren de lo que han hecho: dejarle en coma y matarle tras dos semanas de sufrimiento para él mismo, para su familia, amigos y compañeros de trabajo. Por supuesto, espero que los agresores paguen por ello, aunque cada día soy más escéptico con la máquina de hacer justicia.

Jesús deja mujer, hijo, hija y nieto. Y a todos los que le vamos a echar de menos. Como muchos saben, yo no tengo fe religiosa, ni creo en la vida perdurable ni eterna ni en nada de eso. Respeto al creyente, pero yo opino que nos marchamos y punto. Eso sí, Jesús seguirá viviendo en el espíritu de todos. Porque hacen falta muchos como él. En estos momentos, sólo puedo pensar en la 'Elegía a Ramón Sijé' de Miguel Hernández, especialmente cuando dice:

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado (...).

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.