domingo, noviembre 07, 2010

SANTIDAD, TIENE QUE LEER UN POCO MÁS

En las tertulias radiofónicas previas a la visita del papa Benedicto XVI a Santiago de Compostela y a Barcelona, muchos enfatizaban el carácter intelectual del papa que los católicos tienen ahora. Pues bien, después de oír según que cosas habrá que revisar esas afirmaciones. En el viaje a Galicia, en el avión, el 'vicario de Cristo' dijo a los periodistas que España ha desarrollado en los últimos años "un laicismo, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años 30".

Señor Ratzinger, después de semejante metedura de pata, le sugiero que lea un poco más o quizá que manipule menos a la gente. A continuación, con la mejor de mis intenciones, le voy a definir varios conceptos que le deberían quedar claros, no sólo a usted sino a la gente en general.

Laicidad: Condición de un Estado que no se limita a la separación total entre el poder político y todos los credos, sino que abarca una democracia profunda con absoluto respeto por los derechos y libertades fundamentales y por el libre pensamiento.

Laicismo: Movimiento o tendencia favorable a la laicidad. En las asociaciones laicistas puede haber incluso cristianos, por qué no, ya que se entiende la fe como una cosa que debe manifestarse, pero siempre al margen del poder establecido. El laicismo está a favor de la libertad de ideas, siempre que éstas muestren respeto por el otro, y no tiene nada en contra de la fe, ya que cada cual puede creer en lo que quiera.

Fe: Un sentimiento transformado en pensamiento. Fe es creer en algo que no se ve, pero que tú intuyes que es verdad. Esa fe, si va hacia lo trascendente, se manifiesta en cualquiera da las mil religiones que hay por el mundo. Son mil supuestas verdades absolutas que un laico debe respetar porque el buen laico ama el libre pensamiento. Por eso el papa tampoco puede plantear una batalla entre fe y laicismo. Bien, sí puede, pero creo que se equivoca.

Anticlericalismo: Ir radicalmente en contra del clero. En los años 30 a los que usted se refiere, señor Ratzinger, eso incluso degeneró en quema de conventos y destrucción de patrimonio culural. Eso hoy no pasa, Santidad.

Secularismo: Vivir dentro de tu propio siglo, en conexión con la actualidad. En evolución y mirando hacia el futuro. Vamos, lo mismito que hace la iglesia que usted dirige, cuando hablan de familia, por ejemplo.

Y un dato más señor Ratzinger. Si esto fuera como en la Segunda República, la iglesia católica no recibiría 5.000 millones de euros del Estado en un año, y además no se hubiera parado la ley de Libertad Religiosa, como se ha hecho. Hay que leer Santidad, hay que leer. Y si no, ya verá qué bien se lo explican estos dos mozalbetes que se besan delante de usted aprovechando que "pasaba por aquí".

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