Esta es una foto de Suárez en un acto falangista. El futuro presidente del Gobierno, al que no se le caía la cara de vergüenza de llevar camisa azul, estaba entre Rodolfo Martín Villa, a su derecha, y Juan José Rosón, a su izquierda. Luego Suárez fue presidente, Martín Villa hizo las funciones de ministro de Gobernación y Rosón fue uno de los ministros del interior más duros y represivos de la por entonces inmadura democracia. Se me puede tachar de irrespetuoso, de insultante o de irreverente, pero son datos y fotos. Ha pasado y está demostrado.
Otro momento de su vida. Histórico. Los Pactos de la Moncloa fueron el gérmen de una Transición democrática hecha con muchos miedos y tanta autosuficiencia por parte de los que ganaron como cobardías por parte de los que perdieron. Precisamente por eso se superan los viejos rencores con unos acuerdos básicos que vinieron bien cuando todavía teníamos un acné democrático bastante prominente, y que hoy deben ser avanzados hacia un Estado federal, social y no tan ampuloso. Más que nada porque después de la Segunda Guerra Mundial sólo hubo un país en el mundo que recuperó un sistema feudal como la monarquía: éste.
Esta cara la ví en medio de ‘Barrio Sésamo’ con 7 años. Todavía en blanco y negro. Al lado estaba mi madre con un trapo de cocina escuchando aquello. Se vino corriendo porque la sintonía de “Avance Infomativo” se había hecho demasiado habitual. “¿Por qué te has venido tan rápido, mamá?”. “Javi, eso es que cuando oigo esa musiquilla es que pasa algo gordo”. Suárez dimitiendo, dejando la presidencia del Gobierno, pero sin explicar por qué lo hacía. ¡Qué raro! El secreto ha seguido ahí, y se lo ha llevado a la tumba, o el Alzheimer quizá se lo ha quitado. Dicen que el 23-F tuvo algo que ver.
Es el golpe de Estado, donde la tardía reacción del rey todavía da mucho que sospechar. Era la investidura de su sustituto, Leopoldo Calvo Sotelo, el presidente del Gobierno menos carismático de la historia de la democracia. Fue la noche de los transistores, de las calles vacías, de mi padre llegando a casa antes de tiempo, diciendo mil veces “es que hay un golpe de Estado”… Yo era un niño y no sabía qué hacía aquel tonto del bigote pegando gritos. ¿Ese tío de verde quería ser presidente del gobierno? ¿Con una pistola en la mano? ¿Qué representaba? ¿Pero por qué quería? ¡Si no le había votado nadie!
Ingenuamente me pregunté qué narices hacía Suárez todavía en la política española. ¿Qué aportaría ahora?, ¿qué buscaba con el CDS?, ¿qué fantasmada era aquel partido que se sacó de la manga?, ¿qué era eso de que “voy a ser otra vez presidente del Gobierno y no es una chulada”? Todo el mundo se reía de él, aburría a los demás y hasta se aburría él. Definitivamente, se había quedado solo. Pasados los 90, dejó la política totalmente.
Años después, se supo que estaba malo, con Alzheimer. Ni se acordaba de que había sido presidente del Gobierno. Recibió al rey en su casa sin saber ni tan siquiera quién le estaba visitando y hasta le dijo que no lo pidiera dinero. Así caminaban juntos. Suárez consumiéndose, de falangista hasta forjador de la democracia y con una soledad que únicamente la crueldad del Alzheimer puede otorgar. Juan Carlos simboliza su decadencia junto con el que fue su principal apoyo, su mejor baluarte, quizá simbolizando el ocaso de una monarquía que en pleno siglo XXI no tiene por dónde cogerse. Es el declive, en el caso de Suárez biológicamente, y en el caso del rey políticamente, de dos personajes de nuestra historia que, efectivamente, han pasado a esa historia.
1 comentario:
Lunaro, tu ignorancia conmueve. A Suarez se le debe todo. Con o sin buenas intenciones, sea por pasar a la historia o porque creía en su papel, Suarez fue el muñidor de lo que hoy tenemos. Suarez instauro el pluralismo democrático, el Estado Autonomico, que en la practica es un Estado cuasifederal, aprobó la ley de Anmistia que pudo en la calle a miles de personas y a muchos lideres politicos que a partir de entonces comenzaron a hacer política. Lehgalio el PCE y se granjeo la enemistad de los que le habían designado, incluido el Rey. En suma, puso las bases para que España hoy sea un pais europeo avanzado, aun con virtudes, y con grandes defectos. Sin el no seriamos parte de la UE, porque el puso los cimientos para entrar. Sin el no srriamos una democracia, o sl'menos, hubiera costado mucho mas tenerla, y nos hubiera costado probablemente otra guerra civil.
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