Dijo el maestro Lluís Carandell que los especialistas sabían de nada casi todo y que los periodistas sabemos de todo casi nada. Así que quisiera aportar datos con rigor periodísticos en cuanto al tema del ébola, sobre todo para que la gente no se vuelva loca.
¿Qué es el ébola?
Como los médicos suelen ser bastante de matizar todo lo que explican, vamos a convenir que primero está el virus y luego la enfermedad, la "enfermedad por virus del ébola" (EVE), considerada como "grave" por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hubo dos casos en 1976 y ha habido hasta 28 con posterioridad. La tasa de mortalidad puede alcanzar el 90% en algunas epidemias.
¿Cómo se contagia?
Mediante el contacto directo con sangre, secreciones u otros fluidos corporales, tejidos u órganos de personas vivas o muertas infectadas. También puede contagiarse por el contacto directo con objetos que se han contaminado con fluidos corporales de los pacientes, como prendas de vestir o ropa de cama sucias o agujas usadas... y hasta por transmisión sexual... e incluso por contacto con animales vivos o muertos infectados (monos, chimpancés, antílopes y murciélagos). El aire no transmite el virus.
¿Cómo pueden sospechar los médicos que alguien tiene ébola?
La enfermedad suele manifestarse con la aparición repentina "de fiebre, debilidad intensa, dolores musculares, de cabeza y de garganta, síntomas que van seguidos de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas", según la OMS.
¿Entonces cómo se confirma que es ébola?
Los síntomas del ébola son similares a los de otras patologías, por lo que hay que descartar otras enfermedades como la fiebre tifoidea, la shigelosis, el cólera o la malaria. Para confirmar un caso de ébola, es necesario realizar pruebas de laboratorio en pacientes que ya presentan síntomas: una primera con una muestra de sangre, que será confirmada más tarde con un segundo análisis también de la sangre del individuo. Según el protocolo de actuación del Ministerio de Sanidad, una vez recuperado el paciente con enfermedad por virus de ébola, "se requerirán dos muestras negativas, con un intervalo de al menos 48 horas, para dar de alta al paciente". En España, el organismo encargado de la comprobación es el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, que deberá aportar los resultados en un máximo de 24 horas.
¿Cómo se controla la expansión de la enfermedad?
Como la enfermedad es contagiosa hay que poner cerco a las personas que hayan estado directamente expuestas al virus, consideradas "contactos de alto riesgo". Para estas personas, el Ministerio de Sanidad en su protocolo establece "vigilancia activa supervisada durante los 21 días posteriores a la última fecha de exposición posible a la infección", en la que se registra dos veces al día la temperatura e investigar la presencia de cualquier síntoma sospechoso.
¿La enfermedad por ébola tiene cura?
No existe un tratamiento específico frente a la EVE, ni tampoco ninguna vacuna preventiva disponible para su uso clínico, pero sí hay muchas personas que han sobrevivido a la enfermedad. Casi la mitad del total de los infectados. De este modo, la actuación del personal sanitario se centra en paliar los síntomas de la enfermedad, un tratamiento de apoyo, para por ejemplo reducir la deshidratación, una de las secuelas normales de la enfermedad. Según Medicos Sin Fronteras, lo fundametal es la prevención. Un par de guantes y un traje aislante pueden salvar más vidas que una vacuna.
Lo que acabas de leer es un resumen de protocolos de www.eldiario.es. Otra historia es que Teresa, la auxiliar de enfermería que se contagió de ébola en el Hospital Carlos III, consultó hasta tres veces al médico hasta conseguir que le hicieran las pruebas para detectar la enfermedad. Incluso llegó a acudir al centro de salud, donde le recetaron Paracetamol e Ibuprofeno. Finalmente, en la madrugada del domingo al lunes, seis días después de haber mostrado los primeros síntomas, fue trasladada por los servicios de emergencia al hospital de Alcorcón, adonde llegó, según el relato de compañeras, con fiebre y manchas en la piel. Otra cosa es eso y la cara larga de una ministra de Sanidad que no sabe tomar las riendas de un asunto que nos va a convertir en el hazmerreir de Europa... Bien, rectifico, ni reir ni nada porque no es cosa de risa.
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