LOS ALFA Y SUS ASALTOS A LOS CIELOS

Echenique-Robba y Pablo Iglesias Turrión (foto: Marta Jara)

El ordenador, como instrumento y como herramienta, y los militantes son los que a día de hoy están decidiendo lo que tiene que ser un movimiento político transversal. Este mismo fín de semana en Madrid un fotógrafo me dijo que estábamos ante el acontecimiento más importante de la historia de España tras la muerte de Franco y creo que no le faltaba razón. La irrupción de Podemos como movimiento político está rompiendo con todos los conceptos posibles. Los que estábamos en grada, a punto de seguir los tres minutos que se nos daban para defender nuestro punto de vista, sabíamos positivamente los pensamientos del profesor José Luís López Aranguren, que ya no está entre nosotros, donde abogaba más por los movimientos que por los partidos políticos para administrar la cosa pública.

Aranguren diseñó un particular concepto de "Estado de justicia social", que se diferencia del mero Estado de bienestar y que es ajeno a toda intervención totalitaria. En 1995, un año antes de su muerte, le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Murió el 17 de abril de 1996. Su archivo fue donado por la familia al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), donde curiosamente trabaja uno de los principales dirigentes de Podemos, Pablo Echenique-Robba.

Cuando escuché a Echenique-Robba me emocioné. ¿Para qué engañarnos? Y el Palacio Vistalegre de Madrid había gente de todas las edades... En la asamblea general de Podemos, la gran estrella de la noche, evidentemente, no podía ser otro que Pablo Iglesias, todo un animal televisivo. Hijo de Luisa Turrión, una abogada de CC.OO. de origen humilde y de Javier Iglesias, un inspector de trabajo y profesor de historia jubilado, antiguo miembro del FRAP. Su abuelo Manuel Iglesias fue un socialista humanista condenado a muerte por el franquismo, aunque finalmente la pena fue conmutada por prisión gracias a que los testimonios de miembros de la Falange desmontaron muchas de las acusaciones que se tenían contra él. Conclusión: Aquí cabemos todos, desde Echenique-Robba hasta Iglesias Turrión y nadie no tiene por qué ser ningún macho alfa. Los cielos se pueden asaltar y aquí podemos todos.