Me tengo que volver a referir a la radio. El ejemplo en Catalunya de COM Ràdio resulta descorazonador. Ahora la cadena de radio con los estudios y despachos más modernos de Barcelona se convierte en un engendro llamado 'La Xarxa' ('La Red' en catalán) y se permite el lujo de prescindir de una de las primeras voces que aparecieron en aquella cadena, cuando era la incipiente 'Catalunya Ona Municipal', una gran idea que se copió luego a otras zonas de España., que era dar a las emisoras municipales la posibilidad de conectarse a un servicio de radio pública de gran calidad sin necesidad de pinchar la sacrosanta 'Catalunya Ràdio'. Pues bien, una de las primeras voces de COM Ràdio fue Virtu Morón, una voz como pocas se han oído, un talento de las ondas cuyo despido no se concebiría en otros entornos radiofónicos como el inglés o el francés, por ejemplo. Y Virtu no es la única, porque Mònica López, Sergio Mas o Alfred Rodríguez Picó, entre otros, se han unido a la lista de profesionales 'top ten' que han decidido tirar a la basura. Así de ingrata es la radio en España cuando está dirigida por peleles políticos y cuando hay más jefes que indios. Así se trata a los profesionales.
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