viernes, febrero 14, 2014

DERECHO A UNA MUERTE DIGNA PARA TODOS

Bélgica y Holanda son sin duda los países más avanzados del mundo cuando hablamos del derecho a una muerte digna. Ojalá el ejemplo cundiera a más lugares del mundo. Si Ramón Sampedro hubiera sido belga u holandés, no hubiera necesitado liarla como la lió para acabar con su vida. No hubiera tenido que recurrir a la asociación por el Derecho a Morir Dignamente, ni a varios abogados, ni a Ramona Maneiro para que le ayudase a suicidarse. Pero en Bélgica han dado un paso más.

Estamos ante el segundo país, después de Holanda, que despenaliza la eutanasia en menores. La normativa prevé que niños y adolescentes podrán optar a la eutanasia en supuestos muy restringidos, cuando padezcan un "sufrimiento físico insoportable y su muerte a corto plazo sea inevitable". A diferencia de Holanda, donde solo se puede recurrir a la muerte asistida a partir de los 12 años, en Bélgica no se establece una edad mínima, sino que se incluye la noción de "capacidad de discernimiento" del menor.

De todas formas, la nueva ley no es ligera en sus condiciones. Los pacientes deben contar con la opinión favorable de un médico que certifique la gravedad de su padecimiento. La normativa prevé además que un segundo médico sea consultado antes de que se practique cualquier eutanasia, e incluso exige que se someta a una tercera opinión para los pacientes que no tienen una enfermedad terminal. En el caso de la eutanasia a menores, se establece que deberán contar con una autorización escrita de sus padres y una evaluación psicológica.

Además de Bélgica, la eutanasia "activa" -con asistencia médica- está despenalizada en Europa en Holanda y Luxemburgo. En Suiza, se permite el suicidio asistido, es decir que un médico puede proporcionar al enfermo irreversible una dosis letal de medicamento, que deberá tomar el paciente por sus medios. Con todo esto, me temo que en España falta mucho para que estos avances estén disponibles en nuestros hospitales.

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