viernes, diciembre 07, 2012

¿POR QUÉ ESPAÑA NO ES UNA DEMOCRACIA?

Tras el 6 de diciembre, día de la Constitución Española, muchos ensalzan un texto firmado por varias fuerzas políticas sólo tres años después de la muerte de Franco. La época era de una pubertad democrática total tras la larga sombra de la dictadura y con la amenaza del facherío que plagaba el ejército y que se manifestó en forma de chapuza golpista tres años después. Se nos pide que apoyemos un texto incómodo y refrendado en un contexto histórico que no tiene nada que ver con el de ahora. Hoy, con una crisis que se lo está comiendo todo tenemos una ley de leyes que habla de Reino, de Senado y de mil administraciones sin las cuales el país podría funcionar igual, sólo que los conductos por los cuales fluirían sus quehaceres diarios estarían menos atascados y todos los trámites se harían antes.

Esto me huele a naftalina, a una ley de d'Hont que privilegia a las dos fuerzas políticas hegemónicas, a un texto constitucional que no da opción a ninguna zona de España a separarse del territorio si es que no está cómoda, que no mira por una mayor participación del pueblo en la toma de decisiones. La constitución de 1978 está hecha con letras de plomo, máquinas de escribir, ordenadores más lentos que el caballo del malo, sin Internet y con dos cadenas de televisión.

España no es una democracia porque yo no puedo señalar quién me gusta y quién no en una lista electoral, porque no se me consulta sobre las grandes decisiones del Estado a través de Internet, porque  sobran privilegios para políticos y empresarios adinerados y porque no se establece un mecanismo ágil para cambiar los puntos fundamentales de la Constitución. Definitvamente, España no ha salido de la pubertad democrática. Hace falta crecer. Señoras y señores políticos, crezcan, háganse mayores y dejen de jugar con los tirachinas, que ya cansa.

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