lunes, febrero 06, 2012

DEDICADO A MANUEL DE VAYAS

Dicen que el cáncer se puede curar, y es verdad, pero hay quien no sale victorioso de esa batalla. Uno de ellos ha sido hoy mismo mi Amigo y Hermano Manuel de Vayas Sánchez. Hace poco se le extendió tanto que le tuvieron que amputar una pierna. Hablé antes del fin del año 2011 con él y le oí lleno de vida. Pensé, iluso de mí, que la pierna era el único precio a pagar a la hidra del cáncer, pero estaba equivocado. Hoy ya no está entre nosotros. Le voy a dedicar uno de los más bellos poemas que jamás se hayan trazado, la Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández. Su última palabra es mi palabra favorita, la palabra "compañero", que es la que mejor resume mis valores en la vida, que eran los valores de Manuel de Vayas. Hasta siempre, Hermano.

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
.
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
.
.Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
.
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
.
A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

5 comentarios:

victoriano dijo...

Querido Javier: Siento la perdida de tu amigo Manuel, la vida en muchas ocasiones es injusta, un abrazo a su familia.

Martin Laviana dijo...

Querido Javier. He vuelto hace un rato del Tanatorio. Además de las cosas habituales en estos desangelados sucesos, me he traido una serie de sensaciones paradójicas.
La primera es la constatación del gran número de amigos que atesoraba nuestro común Hermano. La calidad humana de su padre, hombre de bien, del campo y de la obra, con una entereza y una dignidad admirables y que ofrecen algunas pistas sobre el origen de las muchas virtudes que poseia nuestro Manuel.
Entre las coronas que le acompanyaban una en tonos burdeos y blancos ponia: Logias Heracles y Antonio Machado. El padre se las ensenyaba, orgulloso, a todos los familiares y amigos: "esos son los amigos de mi hijo", decia triste, pero muy honrado.
La muerte le ha sobrevenido dulce e indolora, gracias a la buena práctica médica y a las autoridades que la permiten y alientan, consistente en primar y favorecer la calidad de vida y ausencia de dolor sobre la supervivencia a ultranza a costa del bienestar del "muriente".
Nuestro Querido Amigo ha muerto en paz y ha muerto tranquilo. En nuestros corazones no morirá nunca.
Su mujer, Cristina, ha sabido por mi de tu interés y solidaridad. Nada más, recibe, Querido Javier, un abrazo muy fuerte y dale otro a esa extraordinaria mujer que comparte la vida contigo.

Anónimo dijo...

No salgo de mi perplejidad. No creo aun que cuando vaya por Sevilla no te veré más h.·.
Xipe Totec

Anónimo dijo...

descansa en paz alli donde quiera que estés.

Anónimo dijo...

Hace mucho que queria decirte algo y hasta ahora no he sido capaz de afrontarme a mis propios deseos de escribirte lo mucho que te echamos de menos.
no sabes cuánto nos impresionó la noticia de tu fallecimiento y como notamos tu ausencia tus amigos de HINOJOS. Parece que fué tan solo ayer cuando estabamos por las calles de mi pueblo. Como suele pasar en estos casos nos resistimos a creer que es cierto, que el nefasto acontecimiento ha sucedido. Y cuando no hay mas remedio que aceptar la realidad de los hechos, sobreviene la sensación desoladora, estéril y absurda que invade al ser humano sólo ante una pérdida irremediable, que es la de tomar conciencia del valor de su verdadera dimensión, precisamente cuando perdemos al un ser querido. Por todo ello, MANOLO, ahora que ya no te tenemos ni te podemos ver con los ojos de los sentidos, solamente nos quedan los sentimientos.
Te has marchado sin decirnos adiós, como de "puntillas", como si no quisieras que se notara, acaso de la misma forma en que habias andado por la vida. Nos hemos conocido lo suficiente, como para saber que has sido un hombre que ha psado por la vida, celoso de su independecia, y haciendo lo que queria, pero procurando siempre no pisar las flores del camino. Habia que comprender tu personal filosofia de la vida, sin duda impregnada de esa sabiduria, observadora, la charla con los amigos, esas copas que hemos tomado alguna que otra vez en el CASTILLO junto nuestro amigo Marco y esos paseos que dabamos x el pueblo de HINOJOS cuando eramos todavia unos niños (que pareciera que fuera ayer).
este es mi particular homenaje, y que sepas que siempre te recordaremos MANOLO.