Entre las generaciones más jóvenes veo cada vez más intolerancia, más fascismo, más violencia, más machismo. Sé que no hay una estadística que me avale, pero me da la sensación de que el paso a la violencia de género es muy pequeño. De hecho, lo que he visto en Alcaudete, un pueblo de la provincia de Jaén, me dice que estamos criando una generación de maltratadores inquietante. Él, de 20 años, y ella, de 19. Y él la mata con la frase "si no eres mía, no serás de nadie más". Y luego se suicida. Y en el pueblo me aseguran que se llevaban bien.Mis amigos de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género no lo creen así. Dicen que todo es apariencia, que esos temas se van incubando poco a poco, en silencio, sin que nadie se entere. Normalmente, el maltratador es un hombre muy bien visto por los vecinos, suele ser un encanto que te lleva el carrito de la compra si pesa mucho, te abre la puerta y te da los buenos días con una sonrisa.
Al margen de las apariencias, luego pululan simulacros de periodista que intentan meterse en la casa donde se producen los hechos por la brava y sin pedir permiso. ¡Y es que ni pidiendo permiso debería hacerlo! El cámara salió abofeteado. No justifico la violencia, pero con la sangre de la pareja aún caliente, entra en lo posible que esas cosas pasen. En general, el periodista es respetuoso, pero siempre pagamos todos por culpa de una minoría.
Si quieres ver el reportaje que hicimos en Alcaudete, haz click aquí.
1 comentario:
A mí, cuando era pequeña, también me hablaron de uno que respondía efectivamente a ese perfil: amable, super educado y respetuoso... y luego le pegaba grandes palizas a su mujer. Y los vecinos callaban porque "no hay que meterse en cosas de pareja".
Qué vergüenza.
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