martes, abril 06, 2010

AYÚDAME Y TE HABRÉ AYUDADO

He muerto y he resucitado.
Con mis cenizas un árbol he plantado,
su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado.

He roto todos mis poemas,
los de tristezas y de penas,
lo he pensado y hoy sin dudar vuelvo a tu lado.

Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado.

Ya no persigo sueños rotos,
los he cosido con el hilo de tus ojos,
y te he cantado al son de acordes aún no inventados.

Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado.

Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado


Se me ocurre esta auténtica obra maestra de 'Los Secretos', cuyo video clip agrego aquí, para hablar de dos asuntos que se me han cruzado en el tiempo y que tienen características paralelas entre sí.

"Ayúdame y te habré ayudado". Dicho de otra forma, sólo te puedo ayudar si tú te dejas. Si no, no será posible, por mucho cariño que sienta por tí, por mucha fuerza que ponga. "Pero a tu lado", el título de la canción que nos hace echar de menos a Enrique Urquijo, es la rúbrica a la intención, pero eso sólo puede ser posible, insisto, si la otra parte ayuda a ayudar.

El primer caso es el de una chica joven a la que su ex novio pegó un tiro mientras iba acompañada de su novio actual. El que intentó matarla es el padre de su niño de dos años. No utilizó métodos anticonceptivos en épocas de la vida en las cuales conviene utilizarlos. La maltrató y un tiempo después estuvo a punto de acabar con ella.

Ahora está en su casa, pensando en la suerte que ha tenido porque lo puede contar. Las administraciones públicas y las fuerzas de seguridad le pusieron un teléfono para ella sola, para que llamara en caso de urgencia... No hizo nada. La policía la llamaba siempre y el móvil siempre estaba apagado. Le pregunté dónde tenía el famoso teléfono y ni lo sabe. Se confió. Al maltratador ni agua, pero hija mía...

Y otro caso, el de una chica un poco más madurita. Le ofrezco apoyo y no coge nunca el teléfono. Imaginemos que la policía o la guardia civil la requieren. ¿Qué pasaría? Convive con el miedo y seguirá con él mientras ignore su comunicación con los demás. Llegamos a vernos y su aislamiento es su máximo enemigo. Otro caso de mujer maltratada. Si está sola, ¿qué podemos hacer?

2 comentarios:

J. G. dijo...

No me gusta el ti con la tilde aunque sí la letra que por cierto está muy manida. Te honra tu intención.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Puf... es duro. Hay muchas ocasiones en las que no se puede ayudar porque quien lo necesita no se deja. Es cosa del maltrato psicológico, que te anula. Complicada situación, amigo.