A medida que vas viviendo te das cuenta de que la familia no la escoges y que hay familiares que quieres más y que quieres menos. También te das cuenta de que los amigos sí los eliges y que el tiempo se encarga de poner a cada uno en su sitio porque encontrar la pepita de oro en medio del lodo con ese fino colador que salía en los 'westerns' es casi como encontrar un amigo de verdad. Tengo muy pocos amigos y me parece muy bien. No hay nada como una confesiión descarnada y saber hacer de punto de apoyo sólo cuando se detecta que el otro lo necesita.
Sin embargo, cada vez que vamos a ver a nuestro compañero de vivencias, el móvil suena como una especie de mantra que nos recuerda que la sociedad globalizada de las comunicaciones se puede convertir en una inmensa cárcel de saturación de datos faltos de sentimiento. Se nos corta el hilo sosegado de una conversación honesta que no necesita de artificios tecnológicos. Ya sé que los móviles, los "uatsaps" o como se escriba, los libros electrónicos, las tabletas y la red son muy útiles, pero nunca nada reemplazará la presencia de un amigo.
1 comentario:
!!Hola,Javier!!
Un amigo es lo mejor q te puede ocurrir en este follonero mundo.Me alegro de leerte.Muchísimos besitos,javier.
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